1. ¿ Por qué empezaste a trabajar en ese proyecto y por qué te entusiasmaba tanto al principio?
2. ¿Cuál es el verdadero problema? Puedes usar técnica de los cinco porqués para conocerlo bien.
3. ¿Has llegado a un punto complicado y no sabes bien cómo continuar? Vuelve a mirar desde arriba a donde quieres llegar.
4. ¿Necesitas motivación? Busca cómplices. Comparte tu proyecto con más gente
5. ¿Hay personas a tu alrededor que te desaniman a continuar? Escapa de las personas tóxicas.
6. ¿Te estás saboteando tú mismo? No te pongas en desventaja tú mismo. Elimina de tu vocabulario el “no puedo”. Claro que puedes.
7. ¿Tienes miedo? Afronta tu miedo y transfórmalo en motivación
8. ¿Está fallando tu fuerza de voluntad? Recuerda que la fuerza de voluntad es un recurso limitado. Actúa como un músculo y, si no lo ejercitas, se vuelve débil
9. ¿No estás haciendo nada? Pues da un paso más.
10. ¿Estás midiendo tu progreso? Si no es así, define y desarrolla el proyecto
11. ¿Estás trabajando con regularidad? No dejes de trabajar durante largos espacios de tiempo en tu proyecto
Y, por último, acepta el dolor. Trabajar es duro. Si fuera fácil, habría más gente haciendo grandes cosas. Si te apasiona lo que haces, abandonar no es una opción. Sí, a veces, puede ser frustrante, pero tienes que saber lidiar con esa frustración.