Los aficionados al ajedrez conocen bien la importancia de una buena apertura. “Un mal comienzo de la apertura puede implicar un resultado catastrófico, que nos lleve a perder la partida antes de tiempo. Para evitar esto es necesario seguir estrictamente una serie de principios para asegurarnos un buen comienzo de la partida.”

Primer secreto: Cautiva a tu audiencia inmediatamente

Normalmente, durante los primeros segundos de tu presentación, juzgando por las transparencias y por tu lenguaje verbal y corporal, el público ya sabe instintivamente cómo eres, cómo será la charla y si les interesará o aburrirá. Esfuérzate por cautivar su interés desde el primer segundo.  Te mostramos ahora las aperturas más clásicas:

  1. Pregunta dirigida a los miembros de la audiencia : Evocará una respuesta inmediata, involucrará a la audiencia, eliminará barreras y les hará reflexionar acerca de cómo el mensaje se les aplica personalmente. Lo mejor es romper el hielo con una pregunta retórica significativa y provocativa a la que proporcionas respuesta rápidamente.
  2. Hecho poco conocido o estadística sorprendente: Debe estar muy relacionado con el mensaje de tu presentación. Cuanto más sorprendente, inesperado o desconocido, mayor será su efecto.
  3. Retrospectiva/Prospectiva: Permite captar la atención del público arrancándolo del presente y llevándolo hacia adelante o hacia atrás en el tiempo.

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  4. Anécdota: Un chiste NÚNCA. Recomiendo contar una anécdota entretenida y relevante para el tema tratado.Cuenta una breve historia de interés humano. Una buena anécdota crea inmediatamente empatía con el público. Posee la virtud de hacer que un tema abstracto y potencialmente aburrido cobre forma vívidamente en la imaginación de tus oyentes.
  5. Cita de una fuente reconocida: Una buena cita puede captar el interés de tu audiencia y prestarte credibilidad ya desde el inicio de la presentación.
  6. Aforismo: Si te decantas por un aforismo asegúrate de que guarda relación directa con el mensaje principal que deseas transmitir. Usados con inteligencia y mesura, permiten profundizar en los temas.
  7. Analogía o metáfora: Una analogía bien discurrida será capaz de explicar con meridiana claridad un concepto arcano, oscuro o complicado. Cuanto más sencilla y clara sea, mejor para la audiencia.

Nada impide que utilices alguna combinación de las siete aperturas clásicas mencionadas. Lo más importante que debes recordar es: la apertura utilizada debe guardar relación con la idea central de tu presentación.